miércoles, 17 de diciembre de 2014
martes, 4 de noviembre de 2014
ANOTACIONES DE CINE
Ayer
vi una película notable: El lobo de Wall
Street, de Martin Scorsese. Durante la primera mitad se despliega un mundo
indecente, vociferante y maldecidor cuyo
fin vital es la acumulación de dinero. A punto estuve de claudicar; pero con esta fe que he desarrollado en persistir por si la gema está escondida
un poco más allá del ecuador (o mi cerebro necesita más tiempo para hacerse con
el sentido de las imágenes), seguí y me encontré con una comedia brutal (porque
sobrepasa lo negro) que ilustra muy bien el ambiente en donde crece y florece
el 'terrorismo financiero' (en feliz designación de Moreno Yagüe, abogado del
15MpaRato).
¡Qué familiar suena todo esto!
sábado, 13 de septiembre de 2014
ANOTACIONES: De Martín Garzo a Munro.
ENTRE LECTURAS
En el periódico leo a
Martín Garzo: escribe sobre sus
apreciaciones después de leer o releer el Decamerón. Es como un oasis en medio
de tanta basura interesada: la Diada (esa preocupación por los pliegues de tu
gorguera cuando el aire que te envuelve ya no tiene oxígeno), las chalanerías
que rodean el caso Pujol, las trapacerías de la banca y el elogio al banquero
muerto hace dos días.
La
literatura es un refugio, efectivamente; no exactamente para esconderte, sino
para rodearte de lo que eliges y ponerte a salvo. Voy cambiando de paisaje:
paso de una preciosa introducción que reflexiona sobre la difícil frontera
entre la realidad y la ficción en Look
homeward, Angel, a una de las inquietantes historias de mujeres de Alice
Munro. La primera lectura la hago por la tarde, tiempo para el que reservo
obras de más difícil acceso; la otra por la noche, antes de dormir.
Escribe Thomas Wolfe:
But we are the sum of all the moments of our lives--all that is ours is in them: we cannot escape or conceal it. If the writer has used the clay of life to make his book, he has only used what all men must, what none can keep from using. Fiction is not fact, but fiction is fact selected and understood, fiction is fact arranged and charged with purpose.
Por
su parte, Wenlock Edge, el relato de
Munro, es sutil y no pude reflexionar sobre él anoche porque arriesgaba mi
entrada en el sopor. Ahora intento saber qué es lo que realmente subleva a la
protagonista de ese incidente tan desasosegante (cenar con un desconocido que
la obliga a desnudarse y leer después para él unos poemas): si la humillación
de exhibir su cuerpo frente a un testigo correctamente vestido que la observa,
o contaminar los poemas que ella conocía y admiraba con esa imagen degradada;
lo que la apartará de ellos. Y esto enlazaría con la idea del principio:
alguien viola el refugio y pervierte algo que sobrepasa la intimidad de tu
cuerpo desnudo. ¡Qué grande eres, Munro!
Milagros González Á.
Milagros González Á.
sábado, 5 de julio de 2014
domingo, 1 de junio de 2014
lunes, 12 de mayo de 2014
ANOTACIONES SOBRE EL ABATE DE VOISENON
LOS EJERCICIOS DE DEVOCIÓN....
Por uno de esos saltos mentales a los que llego a través de
un rosario de casualidades, me da por coger esta tarde un libro del estante más
alto: Los ejercicios de devoción del
caballero Enrique Roch con la señora duquesa de Condor, obra escrita en francés
por el famoso y libertino Abate de Voisenon, y durante dos horas me sonrío,
me asombro, me sale alguna carcajada y disfruto, disfruto con este abate
ilustrado, amigo de Voltaire, descreído y vital que escribe, con una elegante
desinhibición que para nuestros días quisiéramos, la fórmula para quitarle los
desvanecimientos a una devota. La conclusión del proceso resulta ser
beneficiosa para la interesada y para la sociedad:
Diremos además que la duquesa quedó para in aeternum curada de desmayos; que al siguiente día su marido volvió del campo, y que a los nueve meses tuvo ella un chiquitín que fue la dicha de las dos familias.
Y lo que todavía necesitamos referir al lector es que en la misma tarde del desenlace de esta historia verídica fue la señora a la comedia del Tartufo; que viendo esta comedia se le quitó la venda de los ojos: cayó en la cuenta de que su padre confesor era un bribón y un pícaro que, para seducirla fácilmente, la hacía imbécil. De beata insoportable que antes era, se cambió en discreta mujer, muy sociable en su mundo, muy atenta en su casa, muy buena e indulgente con sus criados. Leyó libros profanos y pronto un claro juicio y un espíritu alegre iluminaron su razón atrofiada por las gazmoñerías y la fe cominera.
Dejó la silla que tenía en la iglesia y tomó un palco en el Teatro Francés; no dio más a los curas y a los frailes sumas cuantiosas por decir misas, por refrescar el calor de las ánimas y por encender cirios en pleno día, lo cual, a más de ser un gasto inútil es una cosa en extremo ridícula; pero mandó generosas limosnas a las cárceles de París y a los humildes hospitales; lo que gastaba en mantener a innumerables monjas holgazanas fue gastado en poner farmacias en sus extensas y lejanas tierras para provecho y bien de sus vasallos campesinos.
En fin, un gran ejemplo del "enseñar deleitando". ¡Ah, y las
Notas edificantes y recreativas del
final escritas por un tal Meunier de Querlon, son igualmente sabrosas: intentando
aclarar la enrevesada institución celestial, a cuento de una cita a los
'querubines' dice:
[...] Quien quiera conocer a fondo la jerarquía de tales seres, puede leer la obra escrita por un doctor de la Sorbona sobre las alas de los querubines. Esta obra que valió a su autor el sobrenombre de Doctor alado, no se compone más que de nueve volúmenes en folio; es el colmo del genio haber metido tantas cosas, y tan interesantes, y tan útiles, en tan pocos volúmenes.
Y ahora me pregunto ¿por qué coloqué este libro en el estante
más alto? ¿No tendré yo también algún rastro de devoción?
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