jueves, 25 de febrero de 2021
jueves, 18 de febrero de 2021
miércoles, 3 de febrero de 2021
ANOTACIONES SOBRE RAMÓN J. SENDER
Hoy veo en twitter que es el aniversario del nacimiento de Ramón J. Sender y me viene a la memoria aquella época en que leí muchos libros suyos. No sabría ahora decir por qué me atraía tanto, ni tampoco el orden de lectura. Probablemente el título que me dejó mejor recuerdo fue la trilogía Crónica del alba, pero no sé si achacarlo a que lo leí en verano y los libros voluminosos en verano son, junto al abanico, un maravilloso complemento para olvidarte del calor y darle prioridad a la imaginación. No puedo ir a frases destacadas porque en aquella época tenía mucho respeto por el papel encuadernado y no subrayaba, leía tragando sin pausas. Ahora lo lamento porque el rastro de ti misma que deja un subrayado es algo valioso.
De pie ante el estante de Sender miro y hojeo algunos de sus títulos. No hay huella de mi paso por ellos. Y son muchos. Dicen los teóricos que la obra literaria se remata en la recepción del lector y estoy totalmente de acuerdo. Afortunadamente la lectura digital, que tantos detractores tiene, a mí ha venido a salvarme por dos razones importantes: la estabilidad del suelo donde se apoya mi librería y la estupenda posibilidad de subrayar y comentar sin freno. Ahora, cada libro leído queda con el añadido de algo de mi cosecha, no ocupa espacio (una de las cosas con las que una se ve obligada a ser avara a medida que los años pasan) y no dejarás una herencia engorrosa a tu familia que, muy probablemente, no tenga tus mismas inclinaciones literarias. Tiene bastante menos carga emocional borrar un archivo que tirar a la basura las ocurrencias y aficiones de la abuelita.
Me fijo ahora en otro volumen importante: Los cinco libros de Ariadna, del que guardo una instantánea de mí misma leyendo acurrucada en el sofá con un nudo amargo en la garganta. Y este me lleva a otro, envuelto en el mismo aire de tristeza: Imán, su primera novela, que describía el brutal ambiente de los campamentos militares durante la guerra africana del Rif. Recuerdo una narrativa enérgica, fluida, que te arrastraba a la acción. ¡Ah, aquí está La aventura equinoccial de Lope de Aguirre! Magnífico libro de aventuras e historia. Una imagen de sacrificio sobrehumano viene a ilustrarlo: una fila de hombres embutidos en sus armaduras subiendo por los senderos de una montaña con un calor tropical; claro que no sé si he insertado en el recuerdo un fotograma de la película de Werner Herzog que adaptó el libro al cine. Y, al lado, probablemente la primera lectura que hice del autor: Réquiem por un campesino español un libro crudo que, en mi juventud, tenía el prestigio de haber sido censurado.
Paso el dedo por los lomos: Epitalamio del prieto Trinidad, El rey y la reina, El bandido adolescente, Tanit, Por qué se suicidan las ballenas. No puedo recordarlos. Bueno, la memoria tiene sus límites, pero su sola presencia dice que la obra de don Ramón J. me interesaba. Hoy, en mi biblioteca Calibre, ingenio virtual eficacísimo, habría un pequeño comentario junto a la portada que me daría una pista.
Sin embargo, otros sí siguen habitando en alguna de mis neuronas: aquí está Carolus Rex, el retrato de nuestro Carlos II, que también se transformó en guion cinematográfico. Y la deliciosa La tesis de Nancy, de la que tengo un recuerdo sonoro: las carcajadas que me hizo soltar. Sé que la he recomendado cada vez que me he tropezado con algún angloparlante en proceso de aprendizaje del español. Y otro estupendo recuerdo: Míster Witt en el Cantón, respetable señor inglés a quien los cartageneros llamaban “mister Güi”, y que es testigo de la sublevación cantonal.
En fin, hubo una época en que me nutrí de Sender y después quedó aparcado. Siempre me ha parecido una insensatez la frase: ¿Qué libro te llevarías a una isla desierta? Pues depende... Si tuviera la desgracia de tener que ir a una isla desierta mi equipaje sería necesariamente muy abultado porque no estaría dispuesta a tener que elegir. El tiempo me ha demostrado que unas épocas precisan de una cosa, y otras de sus contrarias.